08 Jun 22
A Sara Fernández Arias le gusta la Informática desde pequeña. Siempre tuvo mucha facilidad con ella. Por ejemplo, si en su casa había un problema con la videoconsola, era ella la que buscaba el tutorial en Internet y lo solucionaba. Pese a estas destrezas, se sintió tan desanimada según iba creciendo que casi abandona su sueño: llegó a estar convencida de que no servía para la Informática y comenzó el Bachillerato de Ciencias de la Salud con la idea de, posiblemente, dedicarse a la Enfermería como su madre.
“Había tenido dificultades con Matemáticas y se me había insinuado que escogiera una carrera que no fuera técnica. Ahora, en retrospectiva, sé que no era falta de capacidad, sino que no había aprendido a estudiar correctamente las materias más prácticas. No me decían directamente que no podía hacerlo, pero me recomendaron que estudiara otra cosa con menos matemáticas”.
Un test de aptitudes mostró todo lo contrario a lo que había escuchado durante años: Sara cuenta con una alta capacidad de visión espacial y otras destrezas idóneas para las Ingenierías en general y la Informática en particular. Lo supo cuando ya estaba haciendo el Bachillerato de Ciencias de la Salud y, ni corta ni perezosa y animada por la psicóloga de su colegio, se pasó un verano entero estudiando a tope para, tras las vacaciones estivales, poder cambiar al Bachillerato Técnico.
Ahora mismo, Sara estudia tercer curso del Grado de Ingeniería Informática en la Universidad de Oviedo y en unos días se unirá a Transparent Edge para aprender todo sobre nuestra red de entrega de contenido (CDN), que es la única CDN española.
Sara ha sido la estudiante seleccionada en la primera convocatoria de Women at the Edge, la beca formativa anual que hemos concebido para potenciar la visibilidad de las mujeres en Informática, generar referentes y fomentar su presencia en el sector tecnológico.
El programa se ha puesto en marcha en colaboración con la EII de la Universidad de Oviedo -un centro de referencia en la materia- y con la ayuda indispensable de uno de sus profesores, José Manuel Redondo, un profesional profundamente comprometido con el fomento de la presencia de las mujeres en la informática.
En España hay muy pocos expertos que sean capaces de manejar una CDN, que es una infraestructura tecnológica esencial para el buen funcionamiento de Internet. Una de esas pocas personas es nuestro CTO, Diego Suárez, que se encargará directamente de formar a Sara durante este verano. Con él aprenderá cómo gestionar proyectos con altas necesidades de rendimiento y cómo desplegar y gestionar óptimamente infraestructura que soporte enormes cantidades de tráfico, además de todas las tecnologías actuales de uso de cachés.
A partir de septiembre, cuando Sara haya comenzado ya su cuarto curso, contará con Diego para la concepción y el desarrollo de su trabajo fin de grado, que versará sobre algún aspecto de la CDN.
Lo que queremos es que, finalizado el programa, Sara tenga los conocimientos necesarios para poder manejar una CDN tanto en un proveedor como Transparent Edge como en cualquier organización que haga uso de una red de entrega de contenido. Y que con esta formación tan exclusiva contribuya a la generación de referentes femeninos en el ámbito tecnológico y al fomento de la presencia de la mujer en tecnología.
Solo el 1,6% de las mujeres que trabajan en España son especialistas en tecnología y siete de cada diez empresas españolas con especialistas tecnológicos no cuenta con expertas femeninas en la materia, según datos de un reciente informe del ONTSI, el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad. En el curso 2020-2021, solo el 14% del alumnado universitario de Informática fueron mujeres.
El origen de esta infrarrepresentación hay que buscarlo en etapas anteriores a la del mercado laboral y la universitaria. “Aunque no te lo digan directamente, los estímulos que recibes del exterior son que las mujeres somos más dulces, más atentas, más responsables y entonces tenemos que dedicarnos a cosas de la salud y que los hombres son más técnicos y saben hacer ese tipo de cosas mejor. Es el mensaje que vas recibiendo a lo largo de los años”, cuenta Sara sobre su propia experiencia.
Recuerda, por ejemplo, que cuando llegó al Bachillerato Técnico apenas eran tres o cuatro chicas en las asignaturas de Matemáticas y Dibujo Técnico. “Ahora, en la universidad, hay grupos de prácticas de algunas asignaturas no bilingües en las que soy la única chica o hay otra más”. Y en clases de 20 personas puede haber como mucho tres o cuatro.
Ante estas cifras, ¿qué se puede hacer para fomentar la presencia de las mujeres en Informática? “Presentarlo como una oportunidad más para ellas”, dice Sara sin dudarlo. “De Ingeniería Informática podría jurar que nunca me dieron una charla en el colegio. Tampoco de programación. Lo que se puede hacer para que las mujeres se interesen es darles la información y los recursos para que sientan que es accesible y atractivo, que todas pueden”, indica.
Y añade algo esencial: “La formación en Informática te abre muchísimas puertas y saberlo creo que ayudaría a que muchas más chicas se metieran. Es una carrera que te va a dar una libertad impresionante. Dependes de ti misma”.